Translate

viernes, 24 de agosto de 2012

Río+20: Los documentos sirven de poco si no se actúa

Izael Pereira Da Silva es experto en Energías Renovables y Desarrollo Sostenible, actualmente imparte clases como profesor Asociado en la Makerere University, en Uganda, y en la Strathmore Business School en Kenia.

Estuvo en junio en Río+20, la Cumbre de la Tierra que tuvo lugar en Brasil, y me parece interesante el reportaje que le hacen en InterMedia (ver aquí ), del que transcribo algunos párrafos:

¿Qué te ha parecido la organización de Río+20?
Río+20 ha sido una gran conferencia, tan llena de eventos paralelos y encuentros previos que, desde mi punto de vista, una persona no puede abarcar. Yo me sentí perdido en esa masa de diálogos, presentaciones, paneles, eventos... Otro gran reto fue el transporte. Riocentre se encontraba muy lejos de la ciudad y las rutas para participantes, cubiertas por autobuses, tardaban entre una y dos horas en recorrer el camino.

¿Qué piensas de la importancia de Río+20 y su influencia?
Río+20 se resume en el documento final no vinculante: "El futuro que queremos" (ver aquí el texto completo), centrado en los temas principales previstos y en otras áreas prioritarias, como el trabajo digno, la energía, las ciudades sostenibles, la agricultura sostenible, el agua, los océanos, los desastres naturales...
Como el Observatorio Vaticano mencionaba en algún sitio, es un documento imperfecto que, sin embargo, puede ser útil para ayudar al mundo en desarrollo y al desarrollado, y así trabajar juntos en la construcción de un futuro mejor para nuestro hogar común, nuestro planeta.

¿Cómo debe ser el liderazgo de las futuras generaciones en sostenibilidad?
Sostenibilidad es un concepto que engancha. He podido ver en Brasil cómo la gente en la calle trataba de vivir de manera consciente con las futuras generaciones más en mente, con la responsabilidad de dejarles en herencia un planeta mejor.
En Kenya, el Gobierno ha creado ayudas para apoyar y recompensar iniciativas en medioambiente sostenible y está teniendo éxito.
Yo soy optimista con respecto al futuro. La única cuestión que hay que tener en cuenta es que debemos decir a los jóvenes que la persona humana está destinada a ser el centro del desarrollo y por tanto la dignidad de las personas debe ser preservada por encima de cualquier otro "derecho" de la naturaleza.

sábado, 11 de agosto de 2012

Los jóvenes piden sentido común

Gustavo Iaies escribe en La Nación ( ver aquí ) un artículo muy útil para docentes y padres sobre las expectativas actuales de los adolescentes.
Comenta una encuesta realizada este año por el Ministerio de Educación entre chicos de 11 a 18 años, que  parece contradecir esa visión que asocia a los estudiantes con la transgresión.
Transcribo 3 párrafos del artículo y recomiendo su lectura y discusión en la familia y la escuela.
Casi ninguno cree que usar ropa de marca, saber mucho de Internet o "hablar bien" te vuelva respetable. Las conclusiones del estudio revelan que tener prácticas solidarias, un buen desempeño en la escuela y "vestirse bien" (más allá de la marca o calidad de la ropa) son los factores que determinan -según las respuestas de los chicos- que un adolescente sea "querido/a y reconocido/a por todos".
Estos chicos no quieren pedir lo imposible, porque eso ya lo piden sus padres, maestros y dirigentes. Ellos quieren profesores que enseñen, padres que los cuiden y les marquen un camino, dirigentes que mejoren la vida cotidiana de la sociedad, no mucho más que eso.
Probablemente haya llegado la hora de entender que parte de la responsabilidad social es ocupar un "rol", de padres, maestros, jueces, dirigentes. Eso implica, más allá de la libertad de cada uno, entender que tenemos una función en la sociedad, que opera como referencia para los demás. Y esto no quiere decir volver a los roles del pasado, porque en este recorrido de flexibilización, acercamiento, horizontalidad, ellos y nosotros hemos ganado mucho.

Responsabilidad social de los artistas

autora: Josie Watson
A veces todos somos pobres de imágenes, magia y colores.

El domingo pasado, además de publicar un post sobre la desnutrición infantil, visité una exposición de arte que me gustó mucho, en un sorprendente barco anclado en Puerto Madero. Sucedieron varias cosas que relato, dirigidas especialmente a los profesores y maestros de dibujo y arte de las escuelas, referidas a la responsabilidad social de los artistas.


-En el Barco Madero Mistic exponían 100 artistas, y al menos una de sus obras no podía venderse a más de $ 1.000.-, con la motivación de hacer accesible la obra de arte a un público amplio. 

-Los beneficios de la venta de obras de arte eran para la Fundación CREARTE, de Bariloche, que trabaja en la inclusión social a través del arte, de personas discapacitadas y en situación de pobreza. 

-Una de las artistas es Josefina Watson. Josie es la autora del cuadro que reproduzco arriba, expuesto en el barco Madero. Me escribió para contar sus reflexiones sobre CONIN, la fundación del Dr. Albino, y la responsabilidad social de los artistas:


"La verdad es que no sé si me encuentro en condiciones de contar algo como lo de CREARTE... pero es demasiado "casual" lo que escribiste sobre el Dr. Abel Albino (el 5-VIII-12).

La fundación CONIN realiza una vez al año una actividad para juntar fondos. Se realiza en diferentes localidades del país una actividad deportiva o cultural, de acuerdo a cada zona, para invitar a participar a quienes quieran colaborar con la fundación. Y en dicha actividad se viene realizando hace ya años un remate de arte. El pasado mes de Mayo participé donando un obra al remate de arte que se realizo en el Golf Club de Bella Vista, San Miguel. La actividad duro toda una jornada. Comenzó con un partido de golf a beneficio de CONIN en la cual participaron algunos sponsors y luego por la tarde algunos artistas de la localidad fuimos invitados a participar del remate donando una obra. Todo lo recaudado fue para la fundación.

Esta es una forma directa de colaboración del arte. Tangible y directa. Donar todo el beneficio material de un trabajo tan dedicado, como puede ser pintar una obra de arte, puede ser solo contrarrestado por una confianza cierta y real a quien se le esta entregando algo que vale mas que el dinero al que se venda. 

Personalmente, cuando fui invitada a participar, me dio una alegría muy grande porque siempre busco que lo que hago no solo quede en una gratificación para mi, sino poder aportar a todo lo que alrededor hace a mi obra. Y qué mejor manera que ayudar a una fundacion en la que confio y que valoro.
Algunos artistas basan su obra totalmente en la solidaridad. Trabajando con comunidades del interior del país o de zonas en dificultad, algunos otros dedicando sus horas libres en centros culturales de ciudades y pueblos, y otros buscamos donar alguna obra de arte (que sepamos que este valuada y tenga el valor suficiente para ser de ayuda verdadera) a fundaciones y actividades solidarias de confianza y trabajo comprobado. Lo mismo significa el arte urbano, una solidaridad visual a todas las personas... ya que no solo el mas pobre es pobre... a veces todos somos pobres de imágenes, magia y colores.
Un atento saludo,
Josie"

domingo, 5 de agosto de 2012

"En la desnutrición infantil hay pobreza de palabras, de colores, de formas, de sonidos, de calor, de alimento, de afecto".


Ayer pude ver la grabación de un programa de Jorge Lanata, con una entrevista que le hizo al Dr. Abel Albino y un reportaje sobre la obra que realiza en CONIN, para combatir la desnutrición infantil. El programa de 48 minutos, muy bien hecho, está en YouTube (ver aquí) y es muy recomendable para estimular la responsabilidad social en toda comunidad educativa. Les hará mucho bien a profesores y alumnos, y a todos los demás públicos internos y externos de la escuela.

El Dr. Albino explica cómo la desnutrición, en los primeros meses o años de vida, arruina las posibilidades futuras de desarrollo intelectual y condena a la exclusión social. El niño necesita tres cosas para no caer en la desnutrición: alimento adecuado, estimulación y afecto. Me impactó la descripción que se hace de la pobreza que padecen cientos de miles de chicos en la Argentina de hoy: es pobreza no sólo de dinero, sino de palabras, de colores, de formas, de sonidos, de calor, de alimento, de afecto. Insisto entonces: es un buen reportaje para despertar la responsabilidad social en todos los actores de una escuela.