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sábado, 31 de diciembre de 2016

Escuela-Familia: fundamentos de una alianza educativa Autor Juan Clemente Lescano


Quino y los padres educadores

    En 1973 Juan Clemente Lescano comenzó el Colegio Los Molinos en Buenos Aires, que pronto adquirió y consolidó prestigio entre los colegios de la Argentina.
     Después de muchos años como Director, Lescano dictó cursos sobre la relación escuela-familia.  Esos cursos se dictan en la Escuela de Educación de la Universidad Austral.


     Ahora esa experiencia propia y ajena se vuelca en un libro, próximo a publicarse por la Editorial Logos.
     Son pocos los autores que se atreven a abordar este espinoso tema, que sin embargo es clave para que la familia y la escuela realicen juntos la tarea de educar. Lescano explica que los docentes sufren las quejas y críticas de los padres, ante el fracaso educativo de los hijos. Al mismo tiempo, muchas familias, sin advertirlo claramente, están necesitadas de ayuda para educar a sus hijos. Otras quisieran, pero no saben con qué, ni cómo.

El autor sostiene que “la Escuela constituye una buena alternativa que podría brindar a los padres una atención inestimable", para que sean realmente los principales educadores de sus hijos. Y sostiene que, entre otras, la escuela posee dos ventajas muy importantes para ayudar a los padres:

·         “Conocer y tratar diariamente a los hijos de las familias.

            ·         La continuidad a lo largo de doce o quince años de escolaridad.”

Agradecemos a Juan Clemente Lescano las siguientes páginas, como adelanto del libro.:

“CONVERGENCIA Y ALIANZA EDUCATIVA

     Los principales agentes educadores de los hijos son la familia y el colegio. Para que ambos funcionen en la misma dirección, se necesita compartir una filosofía básica similar y mantener una coherencia  con lo que se enseña en cada escenario.
     Si el colegio reafirma lo que se enseña en casa, y en la familia se hace lo mismo con la enseñanza aprendizaje que se recibe en el colegio, se potencia el clima y los parámetros educativos. De esta manera se logra tener un marco viable para un proyecto común de educación.
     Coincidimos en este punto con el pensamiento del Papa Francisco. Sostiene, desde hace mucho tiempo, que el pacto educativo con la escuela está roto. Y en cuanto a los padres, dice:

 “Si la EDUCACIÓN FAMILIAR recobra su protagonismo muchas cosas cambiarán para bien. Es hora de que los padres y las madres regresen de su exilio y se impliquen”.

LA IMPORTANCIA DE CONSTRUIR UNA ALIANZA EFECTIVA FAMILIA-ESCUELA

En CHILE, país vecino y hermano, desde hace pocos años se ha desarrollado un proyecto de alianza efectiva entre la familia y la escuela, con la colaboración de UNICEF para América Latina, contando con el aporte conceptual de expertos internacionales en Educación.

SÍNTESIS del encuadre del proyecto

“Escuelas Efectivas”

     Una alianza efectiva entre la familia y la escuela necesita de un vínculo positivo, nutritivo y respetuoso, en el que ambos sistemas (Familia y Escuela) entrelazan sus esfuerzos en pos de los niños y jóvenes.
     “Una relación de estas características favorece y asegura un mejor rendimiento académico de los niños, así como un desarrollo integral de su persona, su autoestima y su actitud hacia el aprendizaje” (Corthorn & Pérez, 2005; Mineduc, 2004; Epstein, 2001; Ballen & Moles, 1994).
     “Los colegios que integran a las familias obtienen mejores resultados en términos de calidad de educación, por tanto, se ha transformado en una tarea fundamental que familia y educación aúnen esfuerzos y trabajen juntos desde el rol de cada uno, con la meta clara de mejorar los aprendizajes de los alumnos/as” (Mineduc, 2005a, p.5)
     “La escuela necesita de los padres, requiere de su apoyo para el refuerzo de los contenidos trabajados en clases, para el cumplimiento de los aspectos formales que ésta exige y para asegurar que los niños reciban buenos tratos y afecto en sus hogares” (Tchimino & Yañez, 2003).
     Los necesita, pues sin ellos no puede cumplir cabalmente su labor de entregar aprendizajes de calidad a los alumnos, no puede fomentar el compromiso de los estudiantes con sus estudios, complementar las enseñanzas en cuanto a hábitos y disciplina ni conocer la realidad de vida ni las características particulares de cada niño.
      A la vez, las familias necesitan de las escuelas; requieren que en ellas se entregue una educación de calidad. Necesitan tener la confianza de que sus hijos están siendo bien formados y bien tratados, con todo el respeto y la dignidad que merecen.
     Requieren también sentirse bien acogidos y respetados en sus saberes, en sus experiencias y en su capacidad de ser un verdadero aporte a la educación de sus hijos.
     Piden a la vez ayuda de la escuela para saber cómo apoyar de manera efectiva a sus hijos en los aprendizajes, para manejar de forma correcta los cambios propios del desarrollo evolutivo de sus hijos, mejorar la comunicación con ellos y trabajar la disciplina y los hábitos de estudio.

 Como vemos, son potentes los puntos en común y de convergencia que tienen las familias y las escuelas; ambas comparten la preocupación central de formar y educar a los niños.
 Con esto claro, el trabajo asociado debería ser una realidad en el diario vivir de cada comunidad educativa.

 “Sin embargo, esto no siempre es así. Existen dificultades y prejuicios en los padres y los educadores, que repercuten en los rendimientos y el bienestar de los niños y jóvenes” (Alcalay, Milicic & Torretti, 2005; UNESCO, 2004). “

Del libro: “Escuela-Familia: fundamentos de una alianza educativa”. Autor Juan Clemente Lescano. Editorial Logos, 2016.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Fin de curso en los colegios: ¿hay que hacer un Informe sobre el Plan de RSEd?

La experiencia del mundo empresario
Las empresas adheridas a las organizaciones internacionales que promueven la Responsabilidad
Social y la Sostenibilidad, como el Pacto Global de las Naciones Unidas (link), o el Global Reporting Initiative (GRI), tienen que enviar su Reporte anual, señalando los avances que se hayan producido en sus planes.
Esos Reportes  son publicados en las páginas web de la ONU (Comunicación de Progreso-COP)  y del GRI (link) .
En el caso del GRI , han elaborado Guías con  indicadores detallados del impacto de la organización en los tres ámbitos del Desarrollo Sostenible: económico, social y medioambiental.


Para las organizaciones no comerciales, por ejemplo las instituciones educativas, el Global Compact requiere que cada dos años se envíe una Comunicación sobre el Compromiso (COE), con las actividades realizadas en apoyo de  los principios del Pacto Global. Tiene un formato flexible y se puede preparar en cualquier idioma.
Algunas  universidades e instituciones de investigación son las que se han adherido al Pacto Global, pero no escuelas.
¿Es útil para una escuela  preparar un Informe de Responsabilidad Social?
En mi opinión, lo primero que una escuela o universidad tiene que tener es un Plan de RSEd, que abarque toda la institución. Luego sí es muy útil presentar un Informe sobre los resultados del año, ya que son una manera concreta de dar cuenta a la comunidad de lo realizado. Tiene que ver con la transparencia que la sociedad demanda a sus instituciones.

Recientemente participé en un panel en el Parque Austral (link), en el campus de la Universidad

Austral, sobre los Reportes de Sostenibilidad o Responsabilidad Social. Allí se recordó que además de este Reporte, las empresas utilizan los Balances financieros y los Reportes Integrados, que tienen interés para los inversores.
Aprendizajes del mundo empresario válidos para las instituciones educativas son los siguientes:
    -Para que sean creíbles estos Informes tienen que elaborarse juntamente con los grupos de interés de la institución: no pueden ser confeccionados al margen de los beneficiarios.
    -La credibilidad de un Informe se refuerza cuando constan los hechos negativos o los objetivos que no se lograron: no sirve un recuento de éxitos.
    -En los Informes hay que mostrar indicadores de las distintas áreas de la Responsabilidad Social (empleados, vecinos, comunidad, medioambiente, etc.), y por lo tanto hay  que medir a lo largo de un año el comportamiento de esos indicadores.

En resumen: las instituciones educativas que ya han hecho su Plan de RSEd, deberían comenzar a elaborar sus reportes o informes anuales de RS. Serán un instrumento útil para evaluar los avances y proponerse nuevas metas, involucrando a toda la comunidad.